Palizada, Campeche: El Pueblo Mágico entre colores, ríos y distinción internacional

En un rincón del suroeste de Campeche, abrazado por un río navegable y una historia vibrante, Palizada se presenta como un escenario que parece haber sido extraído de un cuento encantado. Con fachadas de vivos colores, techos de teja de Marsella y calles tranquilas enmarcadas por una naturaleza exuberante, este Pueblo Mágico se consolida como una joya turística y cultural de México.

Y no es solo una percepción romántica: en 2024, la Organización de las Naciones Unidas para el Turismo (ONU Turismo) lo catalogó como uno de los mejores destinos rurales del mundo, gracias a su belleza, autenticidad y compromiso con la sostenibilidad. Este reconocimiento lo coloca en el mapa internacional como un sitio que no solo es hermoso, sino también ejemplar.

Palizada: Un viaje al pasado con alma viva

Fundado a finales del siglo XVIII como punto de intercambio comercial, Palizada debe su nombre al color palo de rosa de las aguas del río que lo atraviesa, derivado de los sedimentos ricos en taninos de la vegetación de la región. Este río fue en la época prehispánica una importante vía comercial para los mayas y hoy es uno de los principales atractivos turísticos del pueblo.

El viajero que llega a Palizada descubre un destino que se disfruta a pie y sin prisas. Su arquitectura tradicional, que mezcla el estilo caribeño con influencias coloniales francesas, es resultado del intercambio marítimo con Nueva Orleans a través del río Palizada. De hecho, los techos de teja francesa de Marsella son una huella material de aquel vínculo histórico.

¿Qué hacer en Palizada?

Palizada es un deleite sensorial: colores, aromas, sonidos de la naturaleza y hospitalidad. Aquí, la experiencia va más allá de la contemplación, e invita al visitante a integrarse con el entorno y su gente.

1. Navegar por el río Palizada:
Uno de los paseos imperdibles es el recorrido fluvial, que permite observar aves como la cigüeña jabirú la más grande del continente, garzas, cocodrilos Moreletti y tortugas, en un espectáculo natural que cambia con la luz del día.

2. Visitar la réplica de la Estatua de la Libertad:
Uno de los íconos curiosos de Palizada es su réplica de 4 metros de la Estatua de la Libertad, un símbolo del pasado comercial con Estados Unidos y un spot perfecto para la fotografía.

3. Explorar el centro histórico:
Aquí se concentran edificios como el Mercado Municipal, con su arquitectura porfiriana de arcos amplios y hierro forjado, donde cada mañana los pescadores exhiben la pesca del día. Muy cerca está el Parque Benito Juárez, corazón del pueblo, y la Parroquia de San Joaquín, junto al histórico Teatro Morón, sede de eventos culturales y artísticos.

4. Conectar con la biodiversidad en Santa Isabel:
A solo 12 km se encuentra Santa Isabel, un espacio ecológico donde se pueden avistar cocodrilos y tortugas en su hábitat natural. Es ideal para amantes de la naturaleza y la fotografía.

Un pueblo con reconocimiento internacional

El nombramiento como uno de los mejores destinos rurales por ONU Turismo en 2024 es parte del programa Best Tourism Villages, que busca identificar y promover localidades que preservan sus valores culturales, cuidan el entorno natural y ofrecen experiencias sostenibles. Palizada fue uno de los pocos destinos mexicanos en ser incluidos en esta selecta lista, lo que ha impulsado su promoción nacional e internacional.

Este logro no sería posible sin el trabajo de las comunidades locales, las autoridades estatales y el acompañamiento de organismos como la Secretaría de Turismo de Campeche, que ha reforzado la infraestructura turística, el desarrollo sustentable y la profesionalización de los prestadores de servicios.

Un refugio para desconectarse

Palizada es ideal para quienes buscan descanso, naturaleza, autenticidad y desconexión del bullicio urbano. Aquí no hay grandes resorts ni ruido constante, sino hoteles pequeños y familiares, gastronomía basada en pescados y mariscos frescos, y atardeceres que tiñen de oro las aguas del río.

Al final, como bien lo señaló ONU Turismo, Palizada no solo es bello. Es un ejemplo de cómo el turismo rural puede ser una herramienta para preservar lo más valioso: la cultura, el entorno y el alma de un lugar.

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