La escena de Disney que tocó el corazón del maestro del terror Stephen King

Stephen King, el célebre autor detrás de novelas como It, El resplandor y Carrie, sorprendió a muchos al revelar que una escena de la película infantil Blancanieves y los siete enanitos lo conmovió hasta las lágrimas. En su ensayo Danza macabra, una obra donde reflexiona sobre el cine y la literatura de terror, King confiesa que la tristeza de los enanitos ante la supuesta muerte de Blancanieves lo hizo llorar frente a la pantalla grande.

“Me odié por haber sido manipulado tan descaradamente, pero manipulado fui, y allí estaba, lloriqueando con la barba sobre un montón de personajes de dibujos animados”, escribió King, según rescata el medio Far Out.

El autor, nacido en 1947, vio la película animada originalmente estrenada en 1937 en uno de los relanzamientos que Disney hizo en el siglo XX. Aunque es reconocido por imaginar mundos llenos de oscuridad y criaturas monstruosas, King admite que fue la inocencia y el dolor de los personajes lo que lo desarmó emocionalmente. “La mitad del público, compuesto por niños pequeños, también lloraba; a la otra mitad le temblaba el labio inferior”, recuerda.

Una escena poderosa

La secuencia en la que los enanitos lloran frente al lecho de Blancanieves es uno de los momentos más intensos emocionalmente en el cine de animación clásico. Para King, este pasaje fue más que una manipulación sentimental; fue una conexión profunda con su “niño interior”.

“No fue Disney quien me manipuló; fui yo mismo. Fue el niño interior el que lloró, sorprendido, saliendo de su letargo y sumido en lágrimas sentimentales… pero al menos despierto por un rato”, reflexionó el autor.

Más que un susto: una mirada al alma

Lejos de avergonzarse, King reconoce este episodio como un recordatorio del poder emocional del cine. A pesar de su fama por escribir sobre el miedo, los fantasmas y lo sobrenatural, su sensibilidad ante una historia tan pura muestra otra dimensión de su personalidad.

En Danza macabra, King analiza cómo las historias impactan a las audiencias, y Blancanieves se convirtió en un ejemplo perfecto de cómo el cine puede tocar fibras profundas, incluso en adultos curtidos por la vida y el horror. Para él, la escena no fue solo triste: fue una experiencia catártica.

Un ícono emocional

Blancanieves y los siete enanitos fue la primera película animada de Walt Disney y cambió la historia del cine para siempre. Su estreno en 1937 fue un hito, y desde entonces ha sido reestrenada en varias ocasiones, permitiendo que diferentes generaciones incluida la de King la vean en la gran pantalla.

Hoy, el testimonio de King se suma a los muchos que destacan la universalidad de esta historia. La imagen de uno de los escritores más oscuros del siglo XX llorando por una princesa animada nos recuerda que, sin importar la edad o la trayectoria, todos guardamos dentro una parte que puede conmoverse ante la tristeza, el amor y la esperanza.

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