La reforma impulsada por la presidenta Sheinbaum avanza hacia un nuevo modelo de trabajo: más humano, más eficiente y alineado con las tendencias globales.
En un anuncio que marca un hito para el mundo del trabajo en México, la presidenta Claudia Sheinbaum confirmó que, a más tardar en enero de 2030, todos los trabajadores del país estarán laborando bajo un esquema de 40 horas semanales, reemplazando así la actual jornada de 48 horas.
La declaración, realizada durante la conmemoración del Día Internacional del Trabajo, responde a una realidad apremiante: México es uno de los países con las jornadas más extensas entre los miembros de la OCDE. De acuerdo con esta organización, dos de cada tres mexicanos trabajan más de 40 horas por semana, y uno de cada cuatro rebasa incluso el límite legal de 48.
Un cambio largamente esperado
Aunque el entusiasmo entre la clase trabajadora ha sido notable, el sector empresarial ha mostrado reservas. Voces del empresariado consideran que aún no es el momento adecuado para una reforma de tal magnitud. Sin embargo, expertos como Luis Peña, especialista en asesoría laboral, ven en esta iniciativa una deuda histórica con la fuerza laboral del país.
“La certidumbre que aporta un anuncio presidencial como este también es positiva para las empresas”, señala Peña. “Permite planear con anticipación, invertir en automatización y redefinir procesos”.
Antecedentes y primeros pasos
El debate no es nuevo. En octubre de 2022, ya se había presentado una propuesta para reducir la jornada, aunque no prosperó en el Congreso. Ahora, bajo un nuevo liderazgo y con una narrativa más incluyente, el gobierno busca reabrir el diálogo social para concretar el cambio de manera ordenada y consensuada.
Algunas empresas han decidido no esperar. Walmart de México y Centroamérica (Walmex) opera desde hace 18 meses un programa piloto en 100 tiendas del país, explorando los beneficios operativos de la jornada de 40 horas. El enfoque está en eliminar procesos innecesarios, identificar tareas automatizables y medir el impacto en la productividad.
Otra firma que ha comenzado a adaptarse es Tiendas 3B, una de las cadenas de autoservicio de más rápido crecimiento. Su director ejecutivo, Anthony Hatoum, ha señalado que ya se están realizando ajustes internos de turnos para cumplir con lo que será una obligación constitucional.
“El impacto será gradual, pero inevitable. La clave está en prepararnos con eficiencia”, afirmó.
Una tendencia global hacia el equilibrio
La reforma busca establecer constitucionalmente dos días de descanso por cada cinco de trabajo, lo que se traduce en una semana laboral de 40 horas como máximo. Esta medida colocaría a México en sintonía con una tendencia internacional que prioriza el equilibrio entre vida y trabajo.
De hecho, según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), para 2005 ya la mitad de los países del mundo contaban con esquemas similares. México, hasta ahora rezagado en este aspecto, daría así un paso crucial hacia un modelo más competitivo, humano y sostenible.