El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo chino, Xi Jinping, han acordado mantener abiertas las negociaciones en busca de una solución a la disputa arancelaria que ha afectado el comercio global en los últimos años.
Durante una conversación telefónica reciente, ambos líderes coincidieron en que sus equipos negociadores se reunirán próximamente, en una sede aún por definir, con el objetivo de continuar el diálogo técnico y político sobre los gravámenes impuestos por ambas naciones.
Contexto del conflicto
La conversación se da en un momento clave, tras semanas de acusaciones cruzadas entre Washington y Pekín, especialmente en torno a los minerales de tierras raras, insumos estratégicos para la industria tecnológica y energética.
Estados Unidos ha presionado a China para cambiar algunas de sus políticas comerciales e industriales, mientras que el gobierno chino ha solicitado a Washington el retiro de medidas restrictivas, calificándolas como negativas para ambas economías.
Invitaciones mutuas y señales diplomáticas
El presidente Xi extendió nuevamente una invitación a Trump para visitar China, a lo que el líder estadounidense respondió con agradecimiento y disposición. Ambos destacaron la necesidad de mantener canales de comunicación abiertos.
Según la agencia estatal Xinhua, el gobierno chino reiteró que Estados Unidos debe ser realista sobre los avances alcanzados y actuar con base en el interés mutuo, dejando atrás las medidas punitivas.
Un respiro tras meses de tensión
Cabe recordar que ambas naciones alcanzaron un acuerdo temporal de 90 días el pasado 12 de mayo, que permitió una ligera reducción en algunos aranceles, aliviando momentáneamente la presión sobre la economía global.
Sin embargo, los temas estructurales como propiedad intelectual, subsidios estatales y acceso a mercados siguen siendo puntos de fricción. Las próximas reuniones podrían determinar si la relación comercial avanza hacia una resolución o se intensifica nuevamente el conflicto.
Aunque la situación sigue siendo delicada, el compromiso de Trump y Xi para mantener el diálogo representa una señal positiva para los mercados internacionales. Las próximas semanas serán clave para observar si se consolida una ruta hacia el entendimiento o si se reaviva la tensión entre las dos potencias.
