La estrella colombiana vivió días de glamour, familia y emoción en su visita a España, culminando con un emotivo homenaje a Eva Longoria en los Premios Platino 2025.
Sofía Vergara empacó algo más que maletas esta semana: empacó afectos, recuerdos, moda y alegría rumbo a uno de los eventos más relevantes para el cine iberoamericano. La actriz colombiana se trasladó a Madrid para participar en los Premios Platino 2025, y convirtió la ciudad en el escenario perfecto para desplegar su carisma, elegancia y cercanía con quienes más quiere.
Acompañada de su hijo Manolo y su sobrina Claudia, Sofía convirtió el viaje en una experiencia familiar y profundamente emocional. Desde los primeros días en la capital española, la actriz demostró que sabe equilibrar los compromisos profesionales con momentos personales. Su llegada fue celebrada con una cena relajada entre amigos cercanos como el productor Luis Balaguer, dando inicio a una serie de encuentros con figuras influyentes del ámbito artístico y empresarial.
Uno de los momentos más espontáneos y celebrados fue su «noche de chicas», una velada que reunió a mujeres exitosas como la actriz Eiza González, la artista visual Roberta Lobeira y la empresaria Vicky Martín. Lejos de la solemnidad de los reflectores, la cita estuvo marcada por las sonrisas, la complicidad y el estilo. Sofía apostó por un look desenfadado y sofisticado: un top tipo corsé de encaje con delgados tirantes y jeans grisáceos, complementados únicamente por su melena suelta. Un estilo natural que, sin grandes artificios, demostró por qué Vergara es un ícono internacional del glamour relajado.
Madrid, con su mezcla de historia, modernidad y luz primaveral, fue el marco ideal para las caminatas familiares. Junto a Claudia, su sobrina, Sofía se dejó ver admirando lugares emblemáticos como la Puerta de Alcalá, en la Plaza de la Independencia. Las fotografías compartidas no solo capturan paisajes, sino también instantes de conexión y ternura. Cada imagen, cada parada, refleja una Sofía cercana, auténtica y gozosa de los pequeños placeres del turismo con los suyos.
El viaje también tuvo un sabor culinario. La actriz compartió momentos en los que se deleitó con la gastronomía local, desde dulces crepas hasta pequeños festines improvisados en terrazas madrileñas. “Mi remedio para el mal de amores”, escribió con humor en sus redes, acompañando una imagen de su postre, dejando entrever que su viaje también fue una oportunidad para reconectar consigo misma, sin prisa y con sentido del disfrute.
Los días previos al evento fueron intensos pero íntimos. Entre cafés, risas y puestas de sol, Sofía y su familia aprovecharon los escenarios naturales de la ciudad para posar en sesiones improvisadas, rodeadas del encanto arquitectónico de Madrid y su energía cosmopolita. El cariño con el que se dirigía a sus acompañantes y el tono de sus publicaciones revelan una mujer que, a pesar de su fama global, valora profundamente sus lazos personales.
La noche de los Premios Platino llegó, y con ella, un nuevo capítulo de elegancia. Sofía Vergara deslumbró en la alfombra roja con un vestido blanco corte sirena, con escote palabra de honor y lazos negros que trazaban una línea visual elegante a lo largo del diseño. Cada paso que dio, cada mirada y sonrisa, reafirmaron su estatus como una de las figuras más admiradas del entretenimiento hispano.
El momento culminante fue su participación en la ceremonia, donde presentó el Premio Platino de Honor a su amiga Eva Longoria. Con su característico sentido del humor y un discurso emotivo, Sofía logró equilibrar lo anecdótico con lo significativo. “Yo me fui a Hollywood queriendo ser Eva Longoria, ¡y eso que ella es mucho menor que yo!”, expresó entre risas, para luego afirmar con sinceridad: “Eva es una inspiración para los latinos y ha hecho tantas cosas maravillosas por las mujeres”.
Longoria, visiblemente conmovida, agradeció el gesto y dedicó su premio a la comunidad latina y a todas las mujeres que han trabajado para abrir camino a las nuevas generaciones. En su discurso destacó: “Cuando ayudas a una mujer a sacar el potencial que lleva dentro, te das cuenta de lo orgullosa que puedes estar de lo poderosas que somos juntas”.
La celebración continuó más allá del teatro. Ambas actrices compartieron momentos posteriores al evento, rodeadas de colegas, brindando por los logros y fortaleciendo lazos en un ambiente de admiración mutua. Sofía culminó la velada con una fotografía familiar en la terraza del hotel Four Seasons, una de las postales más bellas de su viaje: madre, hijo y sobrina compartiendo una vista nocturna sobre Madrid, con el corazón lleno y la ciudad como testigo.
Días después, Madrid viviría un inesperado apagón nacional que también alcanzó a la familia Vergara. Aunque la situación fue tensa para muchos ciudadanos, Sofía y sus acompañantes permanecieron tranquilos, gracias a las facilidades del hotel en el que se alojaban. Desde allí, Manolo continuó compartiendo imágenes de la experiencia, mientras aguardaban la reactivación de los vuelos que les permitirían regresar a casa.
A pesar del incidente, el viaje de Sofía Vergara a Madrid quedará registrado como una travesía marcada por la emoción, el reconocimiento, los afectos y el buen gusto. Un recorrido que demuestra que detrás de la celebridad hay una mujer que no pierde la capacidad de disfrutar lo esencial: la familia, la amistad, la risa, y por supuesto, el arte.