Con una operación de 1.250 millones de euros, el Grupo Prada integra a Versace y se posiciona para competir con los titanes del lujo mundial
La industria global del lujo suma hoy un nuevo hito. Prada, ícono indiscutible de la elegancia italiana, anunció este jueves la adquisición del 100% de Versace por 1.250 millones de euros (aproximadamente 1.375 millones de dólares), marcando así un movimiento estratégico que redefine el mapa del negocio de la moda internacional.
Este acuerdo no solo representa una transacción de alto perfil, sino la creación de un nuevo conglomerado con ingresos superiores a los 6.000 millones de euros , preparado para rivalizar con colosos como LVMH o Kering , matriz de Gucci, en un contexto donde el mercado del lujo enfrenta desafíos y transformaciones.
Un nuevo capítulo para el lujo italiano.
“Nos complace dar la bienvenida a Versace al Grupo Prada y abrir un nuevo capítulo para una marca con la que compartimos un compromiso inquebrantable con la creatividad, el cuidado del producto y una sólida herencia cultural”, expresó Patrizio Bertelli , presidente y CEO del Grupo Prada.
La operación promete conservar la identidad poderosa de Versace —exuberante, sensual y provocativa— dentro de un ecosistema que también representa la sobriedad conceptual y vanguardista de Prada. Es, en términos simbólicos, la unión de dos visiones del lujo italiano , opuestas en estilo, pero complementarias en impacto global.
Versace: una marca que no pierde su brillo
Fundada en 1978 por Gianni Versace , la casa se ha mantenido como sinónimo de audacia, exceso y glamour, traspasando fronteras y generaciones. Bajo la dirección de Donatella Versace , su presencia se consolidó en las alfombras rojas más exclusivas y en el imaginario colectivo como emblema de poder y deseo.
La adquisición por parte de Prada plantea una oportunidad única: mantener intacta la esencia icónica de Versace, mientras se fortalece su presencia global con el respaldo financiero y logístico de un grupo más amplio, que ya proyecta sinergias de expansión en Asia, Estados Unidos y Medio Oriente.
Una respuesta estratégica a los tiempos que corren.
Con el lujo desacelerándose tras años de crecimiento vertiginoso, las grandes casas buscan alianzas, integración vertical y diversificación . El movimiento de Prada responde a esa lógica y ofrece una estructura más resiliente, capaz de absorber los vaivenes del mercado sin sacrificar creatividad ni posicionamiento.
Además, esta fusión pone de relieve un fenómeno interesante: mientras los conglomerados franceses dominan el sector, Italia levanta la mano con una narrativa propia , centrada en el saber hacer, la manufactura artesanal y una herencia estética que ha sabido reinventarse una y otra vez.
En un mundo en constante evolución, la unión entre Prada y Versace no solo es una fusión empresarial , sino un símbolo de que el lujo, cuando se reinventa con inteligencia y respeto por la tradición, sigue siendo uno de los lenguajes más poderosos del mundo contemporáneo.