El joven atleta mexicano rompe el dominio chino en trampolín de 3 metros en Singapur y se convierte en el nuevo ícono del deporte nacional.
En un día que quedará marcado como uno de los más gloriosos en la historia del deporte mexicano, Osmar Olvera, de solo 21 años, logró lo impensable: coronarse campeón mundial de clavados en la prueba de trampolín de 3 metros durante el Campeonato Mundial de Deportes Acuáticos de Singapur 2025. Con una actuación impecable, venció a los favoritos chinos y devolvió a México al podio más alto del mundo en esta disciplina, rompiendo una hegemonía de dos décadas.
Este oro no solo representa un triunfo personal para Olvera, sino que coloca nuevamente a México en la élite mundial de los clavados, una disciplina en la que el país ha forjado una rica tradición a través de figuras como Joaquín Capilla, Carlos Girón, Fernando Platas y Paola Espinosa. Pero lo de Osmar tiene una dimensión aún mayor: es el primer oro mundial para México en trampolín de 3 metros desde 2005, cuando el canadiense Alexandre Despatie interrumpió por última vez el dominio de China.
Un salto hacia la gloria
Osmar Olvera brilló con una ejecución precisa, técnica y cargada de dificultad. Sus dos clavados más destacados fueron un 109C (4.5 giros hacia adelante, con dificultad 3.8) que le valió 102.60 puntos, y un 5156B (dificultad 3.9) que sumó 97.50 puntos. Con un total de 529.55 puntos, superó a dos gigantes del deporte: Yuan Cao y Zongyuan Wang, quienes se quedaron con la plata y el bronce.
Es la primera vez en 20 años que un clavadista no chino se corona campeón mundial en esta prueba. El nivel técnico de los clavados de Olvera, sumado a su temple y concentración, hicieron la diferencia en una final que parecía escrita para los asiáticos.
Entrenamiento de élite, mentalidad de campeón
Una pieza clave en el éxito de Osmar ha sido su entrenadora, la reconocida Ma Jin, una estratega china que ha formado a varios de los mejores clavadistas mexicanos. Bajo su guía, Olvera ha perfeccionado su técnica y ha fortalecido su mentalidad, que él mismo reconoce como su mejor arma en la competencia.
“Siempre le marco a mi papá antes de competir. Hoy los dos dijimos: ‘hoy se escucha el himno nacional’… y así fue”, compartió el atleta emocionado tras ganar el oro. Y vaya que se escuchó.
El joven mexicano no solo se conformó con subir al podio una vez. En esta misma edición del campeonato mundial, sumó un total de cuatro medallas: una de oro y tres de plata, reafirmando que no fue un golpe de suerte, sino el resultado de un plan ambicioso y una ejecución impecable.
Un símbolo para México
Este triunfo representa el segundo oro mundial para México en una prueba olímpica de clavados, el primero en la rama varonil desde que comenzaron los campeonatos en esta categoría. La última medalla de oro fue conseguida por Paola Espinosa en 2009 en la plataforma de 10 metros.
Para Osmar, este momento es la confirmación de lo que ha venido construyendo en los últimos años. En los Juegos Olímpicos de París 2024, ya había dado señales de grandeza al conquistar una plata en sincronizados y un bronce en individual, pero lo logrado en Singapur es aún más importante: es la cúspide de su carrera hasta ahora, y también un nuevo comienzo.
“Quiero ganarle a los chinos”, ha repetido en entrevistas recientes, y lo ha cumplido. Ahora su mirada está puesta en Los Ángeles 2028, donde buscará consolidarse como el mejor del mundo, en casa de una de las mayores potencias del deporte.
Un futuro brillante
Osmar Olvera representa una nueva generación de atletas mexicanos: disciplinados, enfocados y con ambición internacional. Su estilo es audaz, su preparación es meticulosa y su valentía al enfrentar a los mejores del mundo lo ha convertido en un ídolo para jóvenes que sueñan con llegar lejos en el deporte.
Con este oro mundial, Olvera no solo rompe una racha, también abre una puerta. Una puerta que muchos clavadistas mexicanos podrán cruzar con la confianza de que sí es posible vencer a los más grandes cuando se trabaja con pasión, con estrategia y con corazón.
El mundo de los clavados ha sido testigo de una revolución desde el trampolín de 3 metros, y México ha escrito el capítulo más emocionante gracias a Osmar Olvera. Con apenas 21 años, ya es una leyenda en formación.
