El primer trimestre de 2025 ha marcado una serie de contrastes en el panorama inmobiliario global. Mientras América Latina avanza firmemente en la digitalización de su oferta, impulsada por plataformas tecnológicas de gran alcance, Europa replantea las reglas del juego con nuevas regulaciones, y Estados Unidos experimenta una ralentización en su mercado residencial frente a un entorno económico incierto.
En México, Mercado Libre Inmuebles reportó un crecimiento sólido, con una oferta que ya alcanza las 280,000 propiedades y un aumento del 20% en nuevos listados en comparación con el mismo periodo de 2024. Esta expansión, informada el 29 de abril, consolida a la plataforma como un actor estratégico en la transformación digital del sector inmobiliario latinoamericano. La cifra no solo demuestra un interés sostenido por parte de compradores y vendedores, sino que confirma la creciente confianza en los canales digitales como vía preferente para explorar, comparar y cerrar operaciones de vivienda o inversión.
Este auge digital es también reflejo de una tendencia regional más amplia: en América Latina, la incorporación de tecnología en el negocio inmobiliario está permitiendo mayor transparencia, rapidez en los procesos y acceso democratizado a una oferta cada vez más diversificada. En ciudades como Monterrey, Guadalajara y la propia Ciudad de México, el uso de plataformas digitales no solo ha agilizado la compraventa, sino que está redefiniendo los hábitos de búsqueda, valoración y cierre de operaciones.
Sin embargo, del otro lado del Atlántico, Europa enfrenta un giro significativo en las reglas de inversión extranjera. Este mismo 29 de abril, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) declaró ilegales los programas conocidos como ‘golden visa’, que permitían obtener residencia a cambio de inversiones económicas, frecuentemente en bienes raíces de alto valor. Países como España, Portugal y Grecia se habían beneficiado ampliamente de estos esquemas, que atrajeron capital principalmente desde Asia, Rusia y América Latina.
La decisión del TJUE podría enfriar notablemente el dinamismo del mercado inmobiliario de lujo en ciudades como Madrid, Barcelona o Lisboa, donde el segmento premium se había convertido en un refugio atractivo para grandes patrimonios. Para el mercado español, en particular, este cambio representa una redefinición del perfil del inversor y abre un debate más profundo sobre el acceso a la vivienda, la gentrificación y el papel del capital extranjero en la configuración urbana.
Estados Unidos, por su parte, atraviesa una primavera inmobiliaria compleja. El inventario de propiedades ha crecido, pero los altos precios de venta y las tasas hipotecarias elevadas, sumadas a la incertidumbre económica, han frenado el apetito comprador. Muchos propietarios, reacios a vender en un contexto volátil, han optado por mantener sus activos, lo que limita la oferta efectiva y contribuye a una dinámica de espera que ralentiza la recuperación del sector.
En contraste, Puerto Rico ha dado un paso hacia el estímulo del mercado local. El Senado aprobó una extensión de la exención contributiva sobre los ingresos generados por el alquiler de viviendas hasta 2035, con una salvedad: la medida excluye los alquileres a corto plazo, en un intento por proteger el acceso a la vivienda para residentes permanentes y limitar la presión de plataformas turísticas. Esta decisión apunta a un equilibrio entre promoción de la inversión y responsabilidad social, un tema cada vez más presente en los debates públicos en torno al desarrollo urbano.
Más allá de las cifras y las leyes, lo que se perfila en 2025 es un reacomodo de fuerzas en el sector inmobiliario global. La digitalización sigue ganando terreno, facilitando el acceso y empoderando al usuario final. Las regulaciones, por su parte, obligan a una redefinición de estrategias por parte de inversionistas e instituciones. Y las dinámicas económicas locales marcadas por inflación, tipos de interés y políticas fiscales delinean un mapa diverso, con oportunidades y riesgos distintos en cada región.
Para América Latina, el momento es propicio para fortalecer modelos de negocio innovadores y sostenibles, capaces de responder a las necesidades del mercado sin sacrificar la inclusión ni la viabilidad financiera. México, con su creciente adopción de tecnología y una demanda robusta en zonas clave, se posiciona como uno de los mercados más interesantes para los próximos años.