Hermès redefine la elegancia natural en París con su colección Primavera–Verano 2026

En el marco de la Paris Fashion Week 2025, la maison Hermès presentó su colección Primavera–Verano 2026, una propuesta que reafirma su dominio absoluto sobre la elegancia atemporal, esta vez con un retorno consciente a la tierra, a la naturaleza y a la esencia artesanal que distingue a la firma francesa.

Bajo la dirección creativa de Nadège Vanhee-Cybulski, el desfile se desarrolló en un ambiente cálido y sereno, donde la madera, la arena y los tonos ocres crearon una atmósfera envolvente que anticipaba la propuesta de la temporada: una elegancia relajada, funcional y profundamente sensual, sin recurrir al exceso.

Un homenaje a los tonos tierra y las texturas naturales

Los tonos tierra dominaron la pasarela: marrones suaves, terracotas, beige y arena se fundieron con toques de caramelo y cuero, evocando el ADN ecuestre y natural de Hermès. En un contexto donde muchas marcas apuestan por el maximalismo, Vanhee-Cybulski reafirmó la identidad de la casa con una sobriedad magistral.

El desfile comenzó con una serie de chaquetas oversize y pantalones fluidos, elaborados en lino, algodón y cuero pulido. Las siluetas, aunque amplias, mantenían una estructura precisa, con cortes que favorecían la movilidad y fluidez del cuerpo. Cada pieza parecía diseñada para acompañar el ritmo natural de quien la lleva, sin aprisionar ni recargar.

“Quise hablar del lujo silencioso, del poder que habita en lo esencial”, explicó la diseñadora en entrevista posterior al show. “Hermès no necesita gritar para ser escuchado; la verdadera sofisticación está en la textura, en el gesto y en la forma en que una prenda respira”.

Sofisticación funcional y alma artesanal

La colección de Hermès no solo celebró la belleza natural de los materiales, sino también la maestría artesanal que sostiene a la firma desde su fundación en 1837. Los cueros, trabajados en talleres propios, se transformaron en botas altas, cinturones y bolsos icónicos que completaban el relato visual del desfile.

El movimiento fue un eje constante en cada look. Las modelos desfilaron con paso firme sobre una superficie de arena clara, portando prendas que parecían fluir con el viento. Entre los acentos más destacados se encontraron los vestidos camiseros con aberturas laterales, las faldas envolventes de ante ligero, y los tops de punto en tonos chocolate, combinados con accesorios minimalistas de metal pulido.

En palabras de los críticos presentes, la propuesta de Hermès para 2026 se lee como una oda a la sofisticación sencilla, una manera de reivindicar la sensualidad discreta frente a la saturación visual que domina la moda contemporánea.

Una colección que conecta con la naturaleza

El concepto del desfile giró en torno a la conexión entre la moda y la tierra, una idea que Hermès ha venido explorando desde hace varias temporadas, pero que ahora adquiere una dimensión más filosófica. No se trata solo de usar materiales naturales, sino de honrar el ritmo del trabajo manual y del tiempo.

La paleta de color, inspirada en la arcilla, el desierto y la luz del amanecer, se tradujo en prendas que parecían capturar la temperatura del verano sin perder la sofisticación urbana. Las texturas rugosas y los acabados envejecidos contrastaron con el brillo sutil de la seda, logrando un equilibrio entre rusticidad y refinamiento.

Los accesorios, siempre protagonistas en Hermès, fueron reinterpretados con líneas más suaves y proporciones generosas. La bolsa Birkin, emblema de la casa, apareció en versiones más flexibles y sin estructura rígida, pensadas para acompañar una nueva era de naturalidad. También debutaron modelos de sandalias planas y botas altas con acabado trenzado, símbolos de un lujo que se funde con la vida cotidiana.

Hermès y el nuevo lujo contemporáneo

En tiempos donde las grandes casas buscan reinventarse, Hermès reafirma su posición con una visión fiel a su historia, pero plenamente actual. Esta colección demuestra que el lujo no necesita artificios ni espectáculo: su poder radica en la calidad, la calma y la coherencia estética.

La crítica internacional coincidió en describir la propuesta como un “ejercicio de contención y maestría”. Le Monde la calificó como “un ejemplo de elegancia lúcida”, mientras que Vogue París destacó “la madurez y serenidad de una casa que domina el arte de la simplicidad”.

El cierre del desfile fue un momento de pura poesía visual: las modelos caminaron lentamente hacia una proyección de luces ámbar que simulaban un atardecer, mientras una orquesta interpretaba una melodía minimalista de piano. Sin necesidad de grandes gestos, Hermès logró transmitir la emoción de lo eterno.

Un verano bajo la filosofía Hermès

La colección Primavera–Verano 2026 consolida una narrativa que Hermès ha defendido durante décadas: la del lujo auténtico que no busca impresionar, sino acompañar. Vanhee-Cybulski propone un guardarropa de piezas atemporales, hechas para durar, pero también para inspirar una vida más consciente.

En una temporada marcada por la ostentación y el futurismo digital, Hermès responde con un mensaje claro: la verdadera modernidad está en volver a lo esencial.

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