Elle Fanning ha inaugurado el verano 2025 con un gesto de estilo cargado de intención, nostalgia y lucidez contemporánea: lucir jeans acampanados en plena Riviera Francesa, con una camiseta que proclamaba el “Joachim Trier Summer”. Más allá del juego entre cine y moda, la actriz ha capturado con su atuendo el espíritu de un tiempo nuevo, donde el vestir casual se convierte en manifiesto estético.
La actriz, que llegó al Festival de Cannes como protagonista de la cinta Sentimental Value, dirigida por el aclamado Joachim Trier, no recurrió a un vestido de alta costura en su primer paseo por la Croisette. En su lugar, optó por una fórmula más rebelde y honesta: jeans acampanados de cintura alta, una camiseta blanca sencilla y accesorios con un guiño retro que gritan autenticidad. Y es que Elle, lejos de limitarse a los códigos tradicionales del glamour festivalero, ha preferido encarnar una narrativa distinta, más íntima y fresca.
De Charli XCX a Cannes: una estética que se transforma
Inspirada por el fenómeno cultural desatado por Charli XCX y su célebre «Brat Summer», Elle Fanning parece tomar la batuta con su propia visión de lo que significa este 2025 estéticamente. Si Charli anunció el cierre de esa etapa en Coachella, Elle parece responder con una estética que no niega lo pop, pero lo eleva hacia un plano más narrativo, cinematográfico y romántico.
El bordado en su camiseta “Joachim Trier Summer” no es un simple guiño a la película que protagoniza, sino una declaración generacional. El mensaje es claro: las nuevas musas del cine ya no se conforman con vestidos de princesa, ahora utilizan la ropa como un canal para expresar su vínculo con el arte, la música, el cine y la historia. Es una forma de vestir que no solo encanta, sino que comunica, transforma y conecta con una audiencia más crítica y despierta.
El regreso chic del jean acampanado
El jean acampanado, símbolo eterno de los años 70, vuelve como prenda icónica, no por nostalgia pura, sino porque su silueta fluida, su comodidad y su esencia libre tienen más sentido que nunca en un mundo que ansía autenticidad. Elle lo sabe, y lo lleva con absoluta convicción, sin adornos innecesarios, confiando en el poder de lo simple cuando está bien ejecutado.
Combinado con un cinturón delgado en piel café y un pañuelo floral azul atado con desenfado, el look se llena de matices. Detalles aparentemente pequeños que, sin embargo, construyen un lenguaje visual poderoso. El resultado es una composición que abraza lo vintage sin caer en el disfraz, y que coquetea con lo informal sin perder sofisticación.
El toque final: plataformas atrevidas y actitud sin miedo
El giro inesperado del estilismo fue la elección de unas plataformas XL. Altas, contundentes, casi dramáticas. Lejos de romper la armonía, estas piezas elevaron literal y figuradamente todo el look. Su presencia subraya lo que Elle Fanning parece defender con cada aparición pública: que la moda es juego, es riesgo, es una narración personal que se moldea en cada paso.
Y en Cannes, donde la sofisticación suele escribirse con lentejuelas y cola de sirena, ella ha elegido contar otra historia: la del glamour alternativo, donde el encanto no está solo en el vestido perfecto, sino en la combinación inesperada, en los accesorios que cuentan historias, en la seguridad tranquila de quien sabe quién es y qué quiere expresar.
¿Qué sigue después del Brat Summer?
Si 2024 fue el año de las chicas Brat, con su estética maximalista y descarada, 2025 arranca con una sensibilidad distinta. Más introspectiva, más artística, más conectada con el mundo del cine, la poesía y la contracultura. El “Joachim Trier Summer” que Elle Fanning promueve no es una tendencia de TikTok; es un mood, una actitud que invita a mirar más allá del espejo y encontrar sentido en lo que llevamos puesto.
Esta es una moda que no solo se ve, se siente. Y que probablemente será replicada por quienes buscan equilibrio entre lo cool y lo conceptual. Elle, con su gesto sutil pero contundente, ha dado el primer paso: usar el jean como bandera, el cine como inspiración, y la moda como vehículo para narrar un verano diferente.
En un mar de vestidos deslumbrantes, ella elige la narrativa, el confort y la inteligencia. Y quizás, sin pretenderlo, marca el inicio de una estética más consciente, donde cada prenda incluso la más simple tiene algo que decir. Porque este, sin duda, será un verano con nombre propio. Y todo indica que el “Joachim Trier Summer” ha llegado para quedarse.