El verano aún no comienza oficialmente, pero Dua Lipa ya lo coronó con su presencia. En una noche que unió arte, cine y alta moda, la estrella británica se robó los reflectores durante la Gala Chaplin 2025 en Nueva York, uno de los eventos benéficos más emblemáticos de la industria cinematográfica.
El motivo: rendir homenaje al legendario director Pedro Almodóvar. El resultado: una velada cargada de estilo, elegancia y declaraciones de moda que trascendieron la alfombra roja. Y si hubo alguien que transformó la atmósfera en una pasarela viviente, fue Dua Lipa.
La cantante llegó enfundada en un vestido de crochet en tono café oscuro firmado por Schiaparelli, una pieza de la colección Ready to Wear Otoño-Invierno 2025 que desdibujó los límites entre lo artesanal y lo audaz. El tejido, tan etéreo como provocador, dejaba entrever el underwear de forma artística, elevando el crochet a una expresión de alta costura. La elección no fue casualidad: fue una declaración estética que abrazó la nostalgia bohemia con un enfoque absolutamente contemporáneo.
En un universo donde cada detalle comunica, los accesorios fueron clave para convertir el atuendo en una obra maestra de estilo. Dua Lipa apostó por un layering de collares XL con toques surrealistas, en sintonía con la identidad dramática y escultórica de la casa Schiaparelli. Completó el look con unos aretes en forma de cascada, que añadieron movimiento y sofisticación a cada uno de sus pasos.
Más allá del impacto visual, el regreso de Dua Lipa al centro de la escena internacional marca el inicio de una nueva temporada fashionista donde la sensualidad encuentra nuevas formas de manifestarse. El crochet, antes símbolo de lo casual, se consagra ahora como tendencia de lujo, perfecto para los días cálidos que invitan a celebrar el cuerpo y la libertad de expresión.
Esta no es la primera vez que la artista se convierte en embajadora no oficial de Schiaparelli. En los Golden Globes 2024 ya había acaparado miradas con un vestido negro con detalles dorados de la misma casa italiana, posicionándose como musa recurrente de la firma y como referente de un estilo que desafía convenciones sin perder un ápice de sofisticación.
Para completar su atuendo neoyorquino, Dua optó por una melena suelta con ondas suaves y un maquillaje en tonos bronce, perfectamente alineado con la estética cálida y solar de su look. Todo en ella del diseño del vestido a los gestos sutiles del beauty look narraba una historia coherente: la de una mujer poderosa que transforma la moda en lenguaje.
Después de unos días de descanso junto al mar, Dua Lipa regresa con fuerza al centro del radar público, reafirmando que su influencia no se limita al mundo de la música. Es, hoy más que nunca, una figura global del estilo, del arte y de una nueva feminidad que combina fortaleza con romanticismo, riesgo con elegancia.
En un evento que celebró la genialidad de Almodóvar, otra narrativa se tejió bajo las luces de Manhattan: la de una generación de mujeres que, como Dua Lipa, usan la moda no solo para deslumbrar, sino para inspirar.