Drapeado perfecto: el arte de lucir con elegancia

Celebridades, casas de moda y pasarelas confirman que los vestidos drapeados son la obsesión del momento. Sexy, sofisticados y estratégicos: así se impone la silueta más deseada de 2025.

Tan irresistibles como poderosos, los vestidos drapeados han conquistado la escena global con una fuerza imparable. Su caída estudiada, sus pliegues calculados y su silueta envolvente convierten a esta pieza en el nuevo ícono de la feminidad contemporánea. Kendall Jenner, enfundada en un diseño de Victoria Beckham, o Emily Ratajkowski con botas escultóricas y un vestido perfectamente ceñido, lo confirman: esta tendencia es sinónimo de seguridad, sensualidad y estilo.

Más que una elección estética, el drapeado es una declaración de poder. Su técnica, utilizada en puntos estratégicos laterales, torso o abdomen, moldea la figura con precisión casi arquitectónica, creando efectos visuales que estilizan y exaltan la silueta. Las grandes firmas como Mugler, Alaïa, Max Mara y Schiaparelli apuestan por ellos como piezas clave para esta temporada Primavera-Verano 2025.

El secreto de su reinado está en su versatilidad. Ya sea para una cita íntima, una gala al aire libre o una noche de verano en la ciudad, el vestido drapeado se adapta a la ocasión sin perder un ápice de sofisticación. Y esta temporada, su mejor aliado son las sandalias en tendencia: de tiras finas, tipo thong, mules o wrap con cintas que envuelven el tobillo. El equilibrio entre lo etéreo y lo estructurado.

En las pasarelas más influyentes del mundo, estas alianzas han brillado con fuerza. Schiaparelli propone transparencias en azul turquesa con sandalias nude; Max Mara opta por strapless minimalistas con t-bar formales; 16Arlington revive el glamour setentero con un vestido amarillo mantequilla y sandalias blancas tipo thong; mientras que Versace introduce un aire boho con estampados florales en tonos lavanda y medias rojas. Por su parte, Diesel apuesta por la irreverencia: minivestidos tie-dye con sandalias wrap listas para conquistar la noche.

Detrás de cada pliegue y cada paso con tacón, hay una narrativa de seguridad, elegancia y control. El vestido drapeado no es solo una prenda: es una armadura de glamour con la que las mujeres poderosas de hoy y de siempre seducen, impactan y dominan.

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