Chanel transforma el Lago de Como en un sueño de alta costura

La maison francesa presentó su colección Crucero 2025-2026 en uno de los destinos más icónicos de Italia, con el blanco y negro como hilo conductor de una elegancia atemporal.

Para las grandes casas de moda, los desfiles Crucero no son solo una presentación de temporada, sino una declaración de intenciones. Son la oportunidad de fusionar arte, lujo y paisaje en una experiencia estética que trasciende la pasarela. Chanel, firme en esta visión, eligió como escenario de su colección Crucero 2025-2026 el esplendoroso Lago de Como, reafirmando su capacidad de convertir la moda en un espectáculo cultural y sensorial.

El evento reunió a figuras clave del universo Chanel y del cine internacional, con Keira Knightley embajadora de la maison desde 2007 como invitada de honor. Fiel a su estilo elegante y romántico, Knightley apareció en un conjunto bohemio de mangas acampanadas, maxifalda fluida y detalles de lazos, confeccionado en el emblemático dúo cromático de la firma: blanco y negro. Esta elección de colores no fue casual. Fue, más bien, un guiño consciente a la historia de la casa: Coco Chanel adoraba su belleza “absoluta” y Karl Lagerfeld convirtió esta combinación en símbolo de modernidad intemporal.

El desfile, celebrado en la legendaria Villa d’Este uno de los enclaves más refinados del norte de Italia, atrajo también a destacadas actrices italianas, muchas de ellas todavía poco conocidas fuera de su país, pero con un estilo que anticipa su inminente proyección internacional. Entre ellas, Carlotta Gamba brilló con un vestido negro de encaje y aberturas, acompañado por stilettos y un bolso de mano en perfecta sintonía. Su look fue una interpretación fresca del legado Chanel, conjugando feminidad y audacia con refinamiento.

Otro momento destacado del desfile fue la aparición de Romana Maggiora Vergano, quien encarnó la esencia de la maison con un conjunto de tweed en cuadros negros sobre fondo blanco, complementado por un icónico bolso con cadena dorada. Esta elección no solo evocó el clasicismo renovado de Chanel, sino que también rindió homenaje a la tradición sartorial italiana con un giro parisino.

La colección Crucero 2025-2026, pensada para las vacaciones del próximo invierno, se movió entre la nostalgia elegante de los años 60 y una modernidad relajada que prioriza el confort sin renunciar al glamour. Prendas de siluetas suaves, juegos de texturas y una paleta dominada por blancos inmaculados, negros intensos y toques metalizados, ofrecieron un diálogo entre lo clásico y lo contemporáneo. Como cada presentación de Chanel, esta colección no solo viste cuerpos, sino que narra una historia: la de una mujer libre, sofisticada y profundamente conectada con el mundo.

El Lago de Como, con su atmósfera de ensueño, resultó ser el telón perfecto para esta narrativa. En sus aguas se reflejó no solo el esplendor de la colección, sino también el compromiso de la casa francesa con la excelencia estética. Chanel demostró, una vez más, que la moda puede trascender la pasarela para convertirse en experiencia, inspiración y legado.

Este desfile refuerza la tendencia de las firmas de lujo por elegir locaciones extraordinarias que dialoguen con el espíritu de cada colección. Louis Vuitton ha hecho desfilar sus colecciones Crucero en Isola Bella o el Park Güell; Dior ha apostado por Escocia y Roma; Chanel, fiel a su estilo, optó por un rincón que evoca romanticismo, sofisticación y arte: el Lago de Como. En cada caso, se trata de subrayar una idea fundamental del lujo contemporáneo: que la exclusividad no solo se viste, también se habita.

Así, Chanel no solo presentó una colección, sino que ofreció una vivencia que quedará grabada en la memoria del universo de la moda. Entre el blanco y el negro, entre el lago y la historia, la maison reafirma su reinado como emblema de estilo, tradición e innovación.

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