La inesperada muerte del papa Francisco detuvo una ceremonia histórica en el Vaticano. Carlo Acutis, el adolescente que acercó la fe al mundo digital, deberá esperar su santidad. La canonización de Carlo Acutis, prevista para este domingo en la Plaza de San Pedro, fue suspendida tras el fallecimiento del papa Francisco, quien murió el lunes pasado en Roma. La ceremonia iba a marcar un momento sin precedentes en la historia reciente de la Iglesia católica: la consagración del primer santo de la generación millennial.
Acutis, fallecido en 2006 a los 15 años por una agresiva leucemia, se había convertido en un símbolo contemporáneo de fe, especialmente entre los jóvenes. Su camino hacia la santidad ha sido impulsado por una devoción creciente en todo el mundo, particularmente en Asís, donde su cuerpo descansa en el Santuario della Spogliazione, visible dentro de una urna de cristal. Vestido con sudadera, jeans y zapatillas, Carlo representa una nueva imagen de santidad: cercana, moderna y profundamente conectada con la espiritualidad.
La canonización se enmarcaba en el Jubileo de los adolescentes, evento central del Año Santo, que Francisco inauguró en diciembre. Aunque la ceremonia fue suspendida, el Vaticano confirmó que la misa para jóvenes, inicialmente parte de los festejos de canonización, se celebrará según lo previsto.
Una vida breve, pero luminosa
Carlo Acutis nació en Londres en 1991, en el seno de una familia italiana acomodada, pero su vida transcurrió principalmente en Milán. Desde temprana edad mostró una religiosidad excepcional. A los siete años, tras recibir la Primera Comunión, comenzó a asistir a misa diaria, rezar el rosario y dedicar horas a la adoración eucarística.
Pero también era un joven de su tiempo: jugaba videojuegos, hacía bromas, caminaba con amigos. Lo que lo distinguía era su empatía, su generosidad inusual y su capacidad para integrar la fe a la vida cotidiana. Enseñaba catecismo, ayudaba a personas sin hogar y, sobre todo, fusionó la tecnología con su espiritualidad: a los 11 años creó una exposición digital de más de 100 milagros eucarísticos, una obra que aún hoy se difunde en múltiples idiomas.
Dos milagros y un legado digital
El Vaticano lo declaró venerable en 2018 por su vida de virtudes heroicas. Dos milagros reconocidos por la Santa Sede –uno en Brasil y otro en Costa Rica– consolidaron su camino hacia la canonización. El primero, la curación inexplicable de un niño; el segundo, la recuperación milagrosa de una estudiante tras un accidente grave.
El papa Francisco fue una figura central en este proceso. Defensor de una Iglesia más cercana a los jóvenes, vio en Acutis un modelo de “santidad digital”, que podía inspirar a nuevas generaciones a encontrar lo trascendente en medio del mundo hiperconectado.
Su canonización, ahora en pausa, no es solo un acto litúrgico, sino un símbolo de transformación: una Iglesia que honra a un adolescente que usó la tecnología como herramienta para evangelizar y servir.
Lo que viene
La suspensión de la ceremonia no implica la cancelación definitiva. Fuentes vaticanas han confirmado que una vez elegido el nuevo pontífice, se reprogramará la canonización de Carlo Acutis, quien ya es venerado por miles como un ejemplo de espiritualidad auténtica y moderna.
En un mundo que busca referentes éticos y espirituales en medio de la incertidumbre, Carlo Acutis emerge como un ícono de fe adaptada al siglo XXI: sencilla, activa, conectada y luminosa.