En el mar, el lujo adquiere otra dimensión. Los yates no son solo embarcaciones: son palacios flotantes que representan poder, estética y un dominio absoluto sobre el tiempo y el espacio.
El top del glamour náutico
- History Supreme – valorado en 4,800 millones de dólares, hecho con oro macizo y hueso de dinosaurio.
- Eclipse – propiedad de Roman Abramovich, con sistemas antimisiles y dos helipuertos.
- Azzam – uno de los más rápidos y extensos, perteneciente a la familia real de Emiratos Árabes Unidos.
Qué los hace únicos
Desde salones tapizados en mármol y piel hasta cines privados, piscinas infinitas y tecnología de navegación de última generación. Cada detalle está pensado para quien ya lo tiene todo… excepto el horizonte bajo control.
Estos yates no son sólo símbolo de riqueza. Son declaración de estatus, sensibilidad estética y dominio sobre el lujo más absoluto. En ellos, el mar es solo un escenario más.
